Errores de estilismo que cometí (y cómo los corregí sin perder glamour)

Twiggylista, si te dijera que siempre fui el estilista experto que conoces hoy, estaría mintiendo más que villano de telenovela.

¿Sabes cuántos errores cometí en mis inicios? Algunos daban miedo, otros daban risa… y uno que otro cliente casi me deja en visto de por vida. Pero lo bonito de esto es que cada error se convirtió en un paso más para convertirme en maestro del estilismo.

a cartoon of a lion and a baboon standing next to each other

Como dice Rafiki en El Rey León: “El pasado puede doler… pero puedes huir de él o aprender”. Yo aprendí. Y tú también puedes.

vamos con el nuummmbeeerrr waaan:

1. Cortar sin consultar

En mis primeros años, confiado como si fuera Edward Scissorhands, empecé a cortar sin preguntar demasiado. “Seguro quiere capas” pensaba yo… y zaz, cliente con cara de “¡eso no era!”.

Lección: Siempre hacer una consulta previa. Hoy tengo una rutina tipo entrevista para conocer su estilo de vida, gustos y hasta si tiene gatos (porque a veces eso influye en el largo del cabello).

No God Please No No GIF

2. Ignorar la forma del rostro

Yo antes cortaba como si todos tuvieran la misma cara. Pero una vez, le hice un bob recto a una clienta con rostro redondo… y terminó pareciendo emoji.

Lección: La geometría facial es clave. Hoy no empiezo sin observar ángulos, proporciones y recomendar algo que enmarque bien el rostro.

3. Usar productos al azar

En un afán por impresionar, llegué a mezclar productos sin fijarme en compatibilidades. Resultado: un cabello opaco que parecía haber pasado por guerra y paz.

Lección: La formación en cosmética capilar es vital. Y desde que uso productos profesionales, marcas de alta gama (te acuerdas del blog pasado, ¿verdad?), no vuelvo a improvisar.

a man in a yellow jacket is pouring liquid into beakers

4. No valorar el tiempo del cliente

Antes daba citas sin pensar en tiempos reales. Resultado: clientes esperando como si estuvieran en el IMSS.

Lección: Hoy mi agenda es sagrada. Y si hay espera, siempre hay cafecito, buena música y una sonrisa lista.

5. Copiar tendencias sin adaptarlas

“¡Quiero este look de Pinterest!”, decía la clienta. Y yo, sin filtro, lo replicaba tal cual. Pero no todos los estilos lucen igual en cada tipo de cabello.

Lección: Hay que saber decir “eso no te favorece” con tacto. Educar al cliente también es parte del estilismo.

expectativa vs. realidad

a person is holding a picture of a cartoon character with a name tag that says " chef "

Cometer errores no te hace mal estilista, te hace humano. Lo importante es aprender, ajustar, y seguir cortando con pasión. Porque si algo me ha enseñado este camino es que el glamour no está en la perfección, sino en la actitud con la que corriges tus tropiezos.

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